Simplemente “incansables” y muy profesionales, Los Tigres del Norte, quienes hicieron historia al ofrecer un concierto a 132 mil pies de altura en un vuelo de Toluca a Los Ángeles, California, demostraron por qué son los “jefes de jefes”, pues pese a una falla técnica en el sonido decidieron continuar a capela ante el beneplácito de las 143 personas que viajaron en el avión “Isaac”.
Apenas unos 20 minutos después de iniciar el concierto, precisamente cuando interpretaban “Contrabado y traición”, uno de sus máximos éxitos, entre los gritos de emoción del público, el sonido se apagó, pero no así el ánimo del grupo y del público, que al igual que Jorge Hernández, continuaron cantando.
Para compensar este inconveniente, el grupo recorrió el avión para que todos los pasajeros pudieran oír y de paso les pudieran tomar fotografías, pedirles autógrafos o simplemente saludarlos.
Ante la imposibilidad de seguir con el concierto, como estaba planeado, con luces y sonido de calidad, los hermanos Hernández no se dejaron vencer y ayudados por el sonido del interfón del avión continuaron su actuación con temas como “La puerta negra”, “Golpes en el corazón”, “Jefe de jefes”, “Tres veces mojado”, “Señor locutor” y “Las mañanitas”, que dedicaron a Guadalupe Loaeza, madrina de la aeronoave.
Tras ofrecer una disculpa continuaron con “La tumba falsa”, “La granja”, el primer sencillo de su nuevo álbum que se titula de la misma manera, “Pedro y Pablo” y “La jaula de oro”.
“No sé qué decir pero me hubiera gustado que hubieramos terminado este concierto como estaba planeado, pero lo que sucedió técnicamente no nos lo permitió, mil disculpas por parte del grupo y de los técnicos”, dijo Jorge.
Su vuelo a la fama
Los Tigres del Norte son considerados como los máximos exponentes del narcocorrido, versión reciente del tradicional corrido mexicano, que narra historias relacionados con el narcotráfico.
Fue “Contrabando y traición” el tema que los lanzó a la fama en 1971; es una historia que habla de la traición de amor de la afamada pareja de Emilio Varela y Camelia La Tejana quienes de dedicaban a llevar drogas de México a EU, algo parecido sucede con “La banda del carro rojo”, “Pacas de a kilo” o “El jefe de jefes”, título con el que además los califican a partir de entonces.
La historia de los Tigres del Norte se inicia en Sinaloa en 1968, cuando Jorge, el mayor de la familia Hernández, convence a sus hermanos, Raúl y Hernán y a su primo Oscar para formar un grupo. Sus primeros trabajos los encontraron en Los Mochis, Sinaloa. Poco tiempo después deciden trasladarse a la ciudad fronteriza de Mexicali, Baja California.
Un día son contratados para tocar en San José, California, durante las celebraciones del 5 de mayo. Era su primer viaje a EU y al cruzar la frontera un agente de inmigración les preguntó por el nombre del grupo, el cual aún no existía, entonces les dijo: “Bueno, les voy a poner Los Tigres, y como tocan música del norte, pues Los Tigres del Norte.