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 | Tema: ALVARO CUEVA COMENTA ACERCA DE LA NUEVA ACADEMIA  Miér Oct 07, 2009 11:13 pm | |
| Alvaro Cueva Comenta acerca de la Nueva Academia
« : Oct, 06, 2009, 15:23, » Citar
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Soy el televidente más feliz del mundo con los estrenos, simultáneos, de los “reality shows” dominicales “Me quiero enamorar” de El Canal de las Estrellas y “La academia” de Azteca 13.
¿Por qué? Porque a pesar de la pose de indignación de muchísimas personas, tener enfrente estos dos espectáculos es mil veces preferible a las monstruosidades que había antes en sus respectivos horarios.
Le guste a quien le guste o le moleste a quien le moleste, “Me quiero enamorar” y “La academia” sí son programas de domingo por la noche, sí son producciones caras que merecen respeto y sí son material para que millones de personas tengan de qué hablar.
Fíjese lo que le voy a decir: no cualquier país del mundo, mucho menos de América Latina, puede presumir de un fenómeno como el que la unión de estos dos productos representa.
¿Qué televisión de qué país de Centroamérica es capaz de crear uno solo de estos títulos? ¿Usted cree que en Brasil, por ejemplo, se juntan dos “reality shows” de este tamaño? ¡Claro que no!
A pesar de que se trata de programas de consumo, siéntase orgulloso de vivir esto porque hasta para la televisión de consumo se necesita un mercado, y si aquí se está dando este empate es por algo bueno. En serio.
Por si usted no tiene ni la más remota idea de qué le estoy escribiendo, déjeme lo pongo en antecedentes.
“Me quiero enamorar” es un “reality show” que fusiona conceptos que usted y yo ya habíamos visto antes como “The Bachelor” y “The Bachelorette”.
Por un lado hay un enjambre de hombres compitiendo por conquistar a una chica y por el otro, un grupo de chavitas dispuestas a todo con tal de enamorar a un hombre.
“La academia” es un “reality show” tipo “Operación triunfo” donde se le da la oportunidad de convertirse en estrella de la canción, a través de una dinámica como de festival musical tradicional, pero con comentaristas; a una persona ajena al medio artístico que, por diferentes circunstancias, jamás podría alcanzar la fama por si misma.
Como buena televisión de consumo, en ambos casos, los escándalos son fundamentales.
En “Me quiero enamorar”, el galán por el que están luchando las mujeres, no es una persona sin antecedentes mediáticos. Es un modelo profesional. Podría estar fingiendo.
En “La academia”, una de las integrantes resultó ser una mentirosa y se supone que no dijo que ya había participado en un “reality show” de Televisa, lo cual es tremendo.
Igual, en ambos casos, el factor de los valores es como una trampa y a cada rato de habla, entre otras cosas, de amor, de talento, de honestidad y de humildad como si se tratara de accesorios que uno se pusiera o se quitara en cuestión de segundos.
¿Cuál es la verdadera nota periodística atrás de estos lanzamientos? La llegada de Dish, el peor enemigo de SKY y de los cableros de todo México, al negocio de los “reality shows”.
“La academia” se está transmitiendo las 24 horas del día por el canal 113 de Dish (y ya hay anuncios de los programas de TV Azteca en el Canal 52MX).
¿Sabe usted lo que significa esto? Todo. Competencia, alianzas, fracturas, “ratings”, dinero, política, guerra. Aquí podría pasar algo. Prepárese.
¿Cuál sería mi crítica a “Me quiero enamorar”? Que sus responsables confundieron las reglas de la televisión abierta con las de la televisión de paga.
En televisión de paga cualquier productor puede poner a una estrella bisexual como Tila Tequila a sobarle la panza a un hombre sin camisa mientras ambos dicen groserías y se juran amor eterno. No hay bronca.
En televisión abierta las reglas son otras. Aquí nadie puede meter a una nena a un cuarto oscuro a dejarse manosear por varios hombres porque la televisión abierta, por sus características, propone modelos de conducta.
Es más serio de lo que parece. Es decirle a las chavas: déjense. Es decirle a los chavos: todo se vale. Es, bajita la mano, promover la trata de blancas con el pretexto de la televisión.
¿Cuál sería mi crítica a “La academia”? La mentira. Todo en “La academia” suena a mentira, desde su misterioso regreso tras habernos prometido que jamás iba a volver hasta la frase: la academia “renovada”.
Dicen que a su alfombra naranja fue pura celebridad y yo sólo alcancé a ver a los mismos talentos de TV Azteca de toda la vida.
Dicen que nadie sabía que la “alumna” Maylenne había cantado en Televisa pero la producción tenía el numerito de su denuncia muy bien guardado para la parte climática de la primera transmisión.
Dicen que ahora Lolita Cortés no trabaja de “crítica” pero se la pasa en los mismo pleitos falsos de siempre con su gran amigo Arturo López Gavito.
Dicen que en este programa está el futuro de la música de habla hispana y al menos yo, el domingo pasado, no vi a nadie que le pudiera meter un susto a Alejandro Fernández o a Shakira. ¿Usted sí? |
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